La Vaca

La Vaca

Luis y Carlos estaban charlando de sus respectivos trabajos. Luis comentó que estaba muy contento con su ascenso, y Carlos le dijo: “Enhorabuena. Qué suerte has tenido de encontrar ese trabajo.” Luis le dijo: “Gracias, pero tú también podrías trabajar en algo mejor.” Carlos mostró cara de asustado y dijo: “¿Pero ¿qué dices? ¿No has oído nunca eso de “más vale pájaro en mano que ciento volando”?” Luis le contestó: “Sí, lo he oído, pero también te he oído a ti quejarte de vez en cuando de que no te promocionan en tu trabajo, que el ambiente está enrarecido, que no te gusta lo que haces, … Creo que deberías actualizar tu Currículum Vitae y buscar otro empleo.” Carlos dijo entonces: “No, no, no, que “más vale malo conocido que bueno por conocer” Nunca se sabe. Tengo que estar muy agradecido por tener mi trabajo, con los tiempos que corren.” Luis le dijo sonriendo: “Ya veo que te sabes muchos refranes. Creo que habría que hacer algo con tu vaca…” Carlos puso cara de no entender y Luis continuó: “Te voy a contar un relato que me contaron hace tiempo:

“Un maestro viajaba con su discípulo, cuando llegaron a una casita muy humilde y pidieron cobijo por una noche. La gran familia que vivía allí les acogió y les dieron para cenar queso y leche, porque no tenían mucho más. Comentaron que tenían un gran tesoro: una vaca, y gracias a la vaca, tenían alimento, además de poder vender la leche para comprar alguna otra cosa que necesitaban. El maestro y el discípulo dieron las gracias y se fueron al día siguiente muy temprano. Cuando llevaban unos metros alejados de la casa, el maestro le dijo al discípulo que volviera y que despeñara la vaca por el acantilado. El discípulo le dijo que cómo iba a dejar a esa familia sin lo único que les ayudaba a subsistir, pero el maestro dijo que obedeciera. El discípulo la despeñó y siguieron su camino. Al cabo de un año, el discípulo, con mucha culpa por lo que había hecho, volvió a buscar a esa familia para pedirles perdón. Al llegar a donde tenía que estar la humilde casa, se encontró con una casa más grande y moderna. Pensó que, al no tener la vaca, la familia habría tenido que vender el terreno y ahora había nuevas personas allí viviendo. Decidió preguntarles qué había sido de los anteriores dueños, pero al llamar a la puerta, abrió el padre de aquella familia que conoció. Cuando le preguntó qué había pasado, él le dijo que la vaca se despeñó por el acantilado y tuvieron que buscar el hacer otras cosas, desarrollando habilidades que tenían, pero no sabían que pudieran tener, lo que les trajo prosperidad.””

Luis continuó hablando: “Carlos, te has quedado estancado en un trabajo que no te gusta y, por miedo a salir de tu zona de confort, no das el paso a buscar un empleo mejor. Y no me digas que no puedes, porque fuiste de los mejores de tu promoción en la Universidad. Tienes cualidades suficientes para buscar un trabajo mejor. Confía en ti y atrévete a dar un paso adelante en tu carrera profesional.” Carlos escuchó lo que su amigo le decía y dijo: “Tienes razón Luis. Tenía miedo a cambiar. Necesito reforzar mi autoestima. Buscaré un empleo mejor. Gracias por “despeñar mi vaca”.”