¡Valórate!

Valórate

Julia y Sara estaban hablando por videoconferencia. Sara estaba algo triste y Julia le preguntó qué le pasaba. Sara contestó: “Llevo unos días dándole vueltas a que no voy a encontrar pareja nunca”. Julia le preguntó: ¿Y ahora, por qué te ha venido esa preocupación?” Sara le contestó: “¿No lo ves Julia? Todas nuestras amigas tienen pareja y nosotras dos aún no la tenemos”. Julia se sonrió y le dijo: “Pero Sara, ¿es obligatorio tener pareja para ser feliz? Yo me siento muy bien como estoy”. Entonces Sara dijo: “Ya, pero seguro que, cuando quieras buscar pareja, tú la encuentras enseguida y yo me quedaré sola”.

Julia se quedó reflexionando y dijo: “Vamos a ver Sara, nuestra amistad está por encima de que alguna de las dos empiece a salir con alguien. Yo no te voy a dejar sola. Y además, ¿por qué crees que tú no vas a encontrar pareja? Porque parece que tú sí quieres tenerla. ¿Cuál es tu problema?” Sara miró a Julia y le contestó: “Pues está claro Julia, porque soy pelirroja y tengo todo el cuerpo lleno de pecas”. Julia se sorprendió y le preguntó: ¿Y ese es todo el problema?” Sara se puso seria y dijo: “Claro, para ti no es problema porque tú eres guapa y “normal”. Nadie se ha metido contigo nunca por tus pecas y por tu pelo…”

Julia la miró con ternura y le dijo: “Mira Sara, siento que se metieran contigo cuando eras pequeña. No tendría que haber ocurrido. Pero ya tienes 20 años y eso pasó hace mucho tiempo. Además, yo no he mirado tu físico para ser tu amiga. A mí me encanta tu forma de ser, tu creatividad, tu fuerza, tu forma de escuchar a los demás, y muchas cosas más”. Sara le sonrió y le dijo: “Gracias Julia, pero antes de conocer cómo soy por dentro, tienen que acercarse y mi aspecto les echará para atrás…” Julia entonces le dijo: “Mira Sara. Tú eres una chica muy guapa. El hecho de que seas pelirroja y que tengas pecas no es un defecto, es un rasgo tuyo. Y precisamente eso te hace aún más guapa y más atractiva. No tienes que compararte con nadie. Tú eres así y los demás son como son. No es algo que puedas cambiar. En el momento que lo aceptes, te verás de otra manera. Dejarás de esconderte y se fijarán mucho más en ti”.

Sara se quedó pensando un rato y luego dijo: “Es verdad Julia. No puedo cambiar mi aspecto. Puede que tengas razón. Tengo que aceptarme tal y como soy”. A lo que Julia añadió: “Eso es Sara. Puedes cambiar tu concepto de ti misma. Deja de compararte con nadie porque saldrás perdiendo y no sirve para nada. En cuanto te aceptes a ti misma y te valores, te sentirás mucho mejor. Y lo de la pareja, vendrá después, si así lo quieres”. Sara, sonriendo, le dijo: “Muchas gracias por tus palabras Julia”.