¿Realmente qué quieres?

¿Realmente qué quieres?

Juan y Luis estaban tomando café en un descanso del trabajo. Como cada comienzo de año, el tema común entre todos era los nuevos proyectos para el año que empezaba. Juan, tras comentarle a Luis las ideas que tenía en mente para este nuevo año, le preguntó a él por sus proyectos y Luis le dijo: “Pues no sé Juan, supongo que los mismos que el año pasado: ir al gimnasio y mejorar mi inglés.” Juan le preguntó: “¿Y por qué son los mismos del año pasado?” Luis contestó: “Porque no los conseguí y tengo que volver a intentarlo.”

Juan reflexionó unos instantes y le dijo: “Vamos a ver, Luis, ¿se te ha ocurrido pararte a analizar por qué no los conseguiste el año pasado?” Luis le miró con cara de extrañado y le dijo: “Pues no. Supongo que eran muy difíciles y tengo que intentarlo de nuevo.” Juan preguntó entonces: “¿Y qué pensaste el año pasado para elegir esos propósitos para el año nuevo?” Luis contestó: “No lo recuerdo muy bien. Supongo que porque todo el mundo dice que hay que mejorar el inglés y porque mi mujer me dijo que tenía que ir al gimnasio a ponerme en forma…” Juan preguntó entonces: “Luis, ¿te puedo dar mi opinión?” Luis asintió con la cabeza y Juan prosiguió: “Creo que estás tomando este tema de una forma equivocada. Por un lado, no por ser primero de año hay que hacer nuevos proyectos. Es verdad que mucha gente lo hace, pero no es obligación. Y, por otro lado, si decides hacer algún propósito de año nuevo, estaría bien que fuera con cosas que te gustaría hacer, no con cosas que te “obliguen” a hacer. ¿A ti te gustaría ir al gimnasio?” Luis contestó: “No mucho, la verdad. Pero tengo que ir, por salud y por mantenerme en forma. No hago mucho ejercicio físico y entiendo que mi mujer me dijera que tenía que ir…” Juan le dijo entonces: “Me parece recordar que a ti te gustaban las Artes Marciales. Si te apuntas a alguna modalidad, vas a hacer mucho ejercicio y haciendo algo que te gusta. ¿Te siguen gustando?” A Luis se le iluminó la cara y dijo: “Sí, me siguen gustando mucho. No había pensado que podía hacer ejercicio, estar en forma y a la vez disfrutar…” Juan continuó: “Y ¿qué me dices del inglés? ¿Te gustaría mejorarlo o hay alguna otra cosa que realmente quieras mejorar?” Luis pensó unos instantes y dijo: “La verdad es que me gustaría aprender a cocinar mejor. Me veo todos los programas de cocina de la televisión y me gustaría poder hacer lo que ellos hacen.” Juan sonrió y dijo: “Pues ya tienes tus dos propósitos para este año.” Luis sonrió también y dijo: “Gracias Juan. ¿Cómo lo has hecho?” Juan contestó: “Es importante pararse a analizar lo que queremos y no queremos antes de hacer una lista de nuevos propósitos para el año. Ver qué ha fallado en los proyectos del año pasado y aprender de nuestros errores. Es lo que tú y yo hemos hecho. Ahora, tus proyectos son cosas que realmente te motivan, y esa motivación te va a ayudar a conseguirlos, porque son decididos por ti, no por los demás. Son cosas que te gustan a ti, y no influenciado por los demás.” Luis dijo finalmente: “Tienes razón Juan. Esta vez sí creo que voy a conseguir mis propósitos y proyectos para este nuevo año. ¡Muchas gracias por tus palabras!”