¡Déjate ayudar!

¡Déjate ayudar!

Hace poco he visto la película “El Rey León”, en su nueva versión. Es una historia muy peculiar, ya que, entre otras cosas, habla de un cachorro que huye de los suyos porque no puede enfrentarse a su pasado.

Todos tenemos problemas o dificultades a lo largo de nuestra vida, y, algunas veces, no sabemos qué hacer para solucionarlos. O quizás simplemente creemos que, si nos olvidamos de ellos, desaparecerán por sí solos. Sin embargo, cuando volvemos a mirar, ahí siguen. Es el caso de las personas con importantes problemas con el alcohol o las drogas. Muchas de ellas beben o consumen para “olvidar” los problemas, pero, cuando pasan los efectos, los problemas siguen ahí.

¿Qué puede estar pasando? Puede ser que creamos que no tenemos recursos, sabiduría, o fuerzas para afrontar esos problemas. O tal vez temamos en nuestro interior el ser juzgados por ellos y no nos sintamos capaces de pasar por eso. Y también puede ser que ese problema que estamos teniendo nos bloquee, debido a que nos puede estar conectando, sin saberlo, con cosas de nuestro pasado que aún no tenemos resueltas.

¿Y qué podemos hacer? Primero, es importante darnos cuenta de que algo va mal, que algo nos está pasando. Pero por nosotros/as mismos/as es difícil averiguar qué es lo que pasa realmente. Es decir, sin ayuda terapéutica, es difícil darnos cuenta si lo que pasa es que no creemos tener recursos, o estamos conectando con algo de nuestro pasado que duele, o creemos que nos van a rechazar si damos la cara, etc. Es importante “ponerle nombre” a esa huida o a ese bloqueo que nos impide solucionar nuestros problemas, para poder cambiar la situación.

Un/a Psicólogo/a te puede ayudar a analizar “desde fuera” cuál es la situación, a dar unos pasos atrás y mirarlo todo con más amplitud. Seguro que te has dado cuenta de que, cuando el problema lo tiene otro/a, tú puedes ver mucho más claro cuál podría ser la solución. Quizás, cuando tenías que enfrentarte a esos problemas, eras mucho más joven, como el cachorro de la película, y no tenías experiencia ni sabías qué podías hacer, y ahora eres más adulto/a, con más fuerzas, sabiduría y tienes otros medios a tu alcance.

No pasa nada por buscar ayuda psicológica. Simba, el león, aunque ya era adulto, también tuvo ayuda del sabio mono Rafiki, que le ayudó a darse cuenta quién era él, y le ayudó a encontrar su camino y enfrentar sus problemas, aprendiendo de los errores del pasado.

Por último, recuerda que los problemas no se van a ir solos si no te ocupas de ellos. El león Simba, por mucho que dijera “Hakuna Matata” (“No hay problema”), al final tuvo que conectar con quién era en realidad y afrontar su pasado, para poder realmente “vivir y ser feliz”.