¡Siéntete orgulloso/a de ti mismo/a!

¡Sientete orgulloso/a de ti mismo/a!

Julián y Antonio quedaron a comer en una terraza, tras salir de la oficina. Mientras comían, Antonio felicitó a Julián por su ascenso. Julián le dijo: “Muchas gracias, Antonio. He hecho un buen trabajo todos estos años y me lo merezco.” Antonio entonces le dijo: “Bueno, bueno, tampoco hay que ser tan vanidoso…” Julián se extrañó por las palabras de Antonio y le preguntó: ¿Por qué crees que soy vanidoso? Tú mismo me has felicitado y yo solo he dicho que es algo para lo que he trabajado mucho estos años.” Antonio entonces, un poco cortado, le dijo: “Vale, no quería que te molestaras. Solo te lo decía porque lo has dicho con un tono de “soy superior” y eso no suena bien…” Julián le dijo: “No Antonio. Sencillamente es que estoy orgulloso de mí mismo.”

Antonio le miró sin entender y Julián prosiguió: “Mira, Antonio, lo ideal y natural sería que todos nos sintiéramos orgullosos y satisfechos de nosotros mismos. Seríamos más felices y tendríamos relaciones mucho más sanas con las otras personas. Pero nuestra sociedad actual no promueve que esto suceda. Si te sientes así, te llaman vanidoso o narcisista. Y hay una diferencia importante, porque el vanidoso menosprecia a los otros y se siente superior en relación y en comparación con ellos. El que se siente orgulloso de sí mismo no necesita compararse con los demás.” Antonio le dijo: “Háblame un poco más sobre eso, para entenderte mejor.” Julián entonces dijo: “Verás, Antonio. Esto tiene que ver con la autoestima. Quien se siente orgulloso de sí mismo no depende de que los demás le aprueben, y por supuesto, no permite que le falten al respeto. Pondrá límites a los demás que quieran pasarse con él y no temerá el rechazo.”

Antonio entonces le preguntó: “¿Y cómo se consigue llegar a estar orgulloso de uno mismo? ¿Tienes que ser perfecto en todo lo que hagas?” Julián contestó: “Para nada, Antonio. Como te digo, tiene que ver con la autoestima, que se crea sobre todo con la educación que recibimos de nuestros padres. Para los que no han conseguido una buena autoestima, tienen que hacer un trabajo personal diario. Se trata de esforzarte para conseguir éxitos, además de aceptar tus equivocaciones y tus defectos, viéndolos como una oportunidad de mejorar y aprender. Crea tus objetivos y tus metas, y lucha por ellas. Dales valor, aunque los demás no estén de acuerdo contigo. Avanza cada día hacia la persona que quieres ser. Y si lo ves muy difícil, siempre tienes la opción de buscar un psicólogo que te ayude a trabajar y aumentar tu autoestima.”

Antonio le dijo: “Vaya, yo también quiero llegar a sentirme orgulloso de mí mismo. Me voy a poner a ello inmediatamente. ¡Muchas gracias por tus palabras Julián!