¿Qué vas a elegir?

¿Qué vas a elegir?

Luisa y Clara han quedado en un Centro Comercial para hacer las compras de regalos navideños. Cuando se encuentran, Clara le dice a Luisa: “Hola Luisa, muchas gracias por acompañarme. Necesito ayuda, estoy bloqueada.” Luisa le preguntó: “¿Qué te pasa?” Clara contestó: “Es que he decidido regalarle a mi marido una corbata de seda por Navidad y he ido a una tienda especializada en corbatas y no me decidía. Tenía corbatas de todos los colores, todas preciosas y me bloqueé. No sé qué me pasó…”

Luisa reflexionó unos instantes y le dijo: “He leído sobre esto en internet hace poco y creo que lo que te pasa se llama la paradoja de la elección.” Clara le miró con cara de no entender y Luisa siguió hablando: “La paradoja de la elección es una teoría desarrollada por el profesor de Psicología Barry Schwartz, y viene a decir que, cuantas más opciones tengas para elegir, más complicado es hacerlo y nos podemos llegar a bloquear, ya que nuestro cerebro tiene que procesar más información.” Clara preguntó: “¿Entonces le pasa a todo el mundo?” Luisa contestó: “No. Hay personas que toman decisiones sin problema y están satisfechas con su decisión. Pero otras, cuando por fin se deciden y compran lo que buscaban, inmediatamente se sienten insatisfechas pensando que quizás no han escogido la opción mejor y se han equivocado, sintiéndose culpables por ello. Eso es lo que te ha pasado a ti. Al entrar en una tienda donde había muchísimas corbatas, te has bloqueado.”

Clara preguntó: “¿Y qué puedo hacer para que no me pase eso?” Luisa le contestó: “Pues lo primero es pensar que no vas a comprar el regalo perfecto, para evitar el remordimiento posterior, porque te estás exigiendo mucho a ti misma. Piensa que lo que vas a comprar está suficientemente bien. Luego, quizás no hay que ir a una tienda tan grande de corbatas. O decidirte por unas cinco y luego elegir entre esas cinco, para que la elección sea más fácil.” Clara preguntó entonces: “¿Y si me cuesta decidir entre las cinco?” Luisa sonrió y le dijo: “Seguramente las cinco se parecerán bastante, por tanto, la diferencia entre el resultado de regalar cualquiera de ellas será muy parecido, por lo que no deberías preocuparte mucho por cuál elegir.” Clara insistió: “¿Y si al final compro una y me equivoco porque no le gusta?” Luisa la miró con cariño y le dijo: “Tranquila Clara. Está bien equivocarse para aprender. Si ocurre, no te machaques y aprende cuáles son sus gustos, para la próxima vez que quieras regalarle una corbata u otra cosa. Y siempre te queda el coger un ticket regalo por si él quiere venir a descambiarla por otra… “