¡Di lo que necesitas!

¡Di lo que necesitas!

Luis y Jaime estaban tomando un café en una terraza. Jaime le preguntó a Luis: “¿Qué te pasa Luis? Parece mentira que vamos a coger vacaciones el lunes que viene. Se te ve serio.” Luis le contestó: “Uff, no me recuerdes que cogemos vacaciones. No sé cómo sobreviviré…” Jaime se quedó asombrado y le preguntó: “¿Qué es lo que te pasa en vacaciones?” Luis contestó: “No lo sé, pero mi pareja y yo acabamos discutiendo todo el tiempo.”

Jaime le dijo: “Vamos a ver, no creo que sea tan grave. Os he visto juntos y parecíais estar bien. Dame un ejemplo de lo que dices.” Luis le dijo: “Es que nos has visto antes de la pandemia, cuando fuimos juntos de viaje. Lo pasamos muy bien. Pero el año pasado, con todo el lío del coronavirus, nos quedamos en casa y fue horrible. Este año no nos atrevemos a viajar aún y me lo veo venir que va a ser como el año pasado.” Jaime le preguntó: “¿Y cómo fue el año pasado?” Luis contestó: “Fue horrible. Los dos tenemos unos trabajos que nos ocupan mucho tiempo, y quizás el no hacer nada nos influyó. Estábamos todo el tiempo discutiendo por tonterías: que si recoge esto, que si haz lo otro… Tanto es así que agradecía las veces que mi jefe me llamaba para preguntarme algo. Y creo que ella también agradecía cuando su jefa no paraba de llamarla. Menos mal que las vacaciones pasaron rápido.”

Jaime escuchó todo lo que le decía Luis, reflexionando. Entonces le dijo: “Bueno, Luis, supongo que tú también te quejarías hacia ella y no era solo de ella hacia ti, ¿verdad?” Luis bajó la cabeza y dijo: “Sí, quizás yo también me quejé alguna que otra vez, quizá más veces que ella…” Jaime, entonces, le preguntó: ¿Recuerdas el curso de inteligencia emocional que nos dio una psicóloga en la oficina hace tres años? Allí hablaron sobre todo esto.” Luis puso cara de no entender, y Jaime siguió hablando: “Sí, hombre, recuerda que hablaron de que toda queja oculta detrás una necesidad que quieres satisfacer. Pero si te quejas, en vez de decir tu necesidad, la persona que te oye quejarte se pone a la defensiva y no va a ver esa necesidad. Si en vez de quejaros el uno del otro, hubierais expresado cada uno vuestra necesidad, habría sido diferente. Piénsalo por un momento. ¿Qué necesitabas de ella y no le decías?”

Luis reflexionó unos instantes y dijo: “Pues la verdad, me fastidiaba mucho que su jefa no parara de llamarla. Durante el año, nuestros trabajos nos absorben mucho y tenemos poco tiempo para hablar y estar juntos. Yo quería aprovechar que no nos íbamos a ningún sitio para poder comunicarnos mucho más y disfrutar de estar juntos, sin hacer nada en especial. Pero no se lo dije a ella así como te lo estoy diciendo a ti… Y creo recordar que ella también se quejó cuando era a mí a quien llamaban. Creo que los dos echamos de menos el estar juntos y hablar, sin quejarnos”. Jaime añadió: “Y si veis que os cuesta mucho trabajo comunicaros, podéis acercaros a que os oriente un/a psicólogo/a. Os ayudaría mucho.”

Luis dijo: “De acuerdo Jaime. Me parece muy buena idea. Voy a ponerlo en práctica en cuanto llegue a casa. Dejaré de quejarme y diré lo que necesito. Y si veo que me cuesta mucho trabajo, pediré ayuda a un/a psicólogo/a. ¡Muchas gracias por tus palabras!”