Me comprendo, te comprendo.

A veces, cuando ocurre algo que no habíamos planeado, alguien nos defrauda, nosotros defraudamos a alguien o nosotros a nosotros mismos, nos podemos quedar estancados en el enfado, la culpa, el resentimiento, sintiéndonos muy mal. No queremos aceptar lo ocurrido y perseguimos a quien nos dañó, o nos perseguimos a nosotros mismos por haber fallado. No podemos pasar página.

Algo que nos puede ayudar a seguir adelante es la comprensión. Si me pongo en el lugar del otro, y si además recuerdo algún otro momento en el que yo pasé por lo mismo y actué del mismo modo, puedo llegar a entenderle. Esta comprensión me ayuda a aliviar la intensidad de la emoción dolorosa que siento, permitiéndome seguir adelante con más serenidad.

Muchas personas pueden pensar que es muy difícil comprender a los demás, sobre todo si nos sentimos muy mal por lo que nos hicieron, sin embargo los más beneficiados somos nosotros mismos. La comprensión te libera de ataduras que entristecen el alma y enferman el cuerpo. Comprender no significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. No significa que hayas dejado de dar importancia a lo que sucedió ni darle la razón a alguien que te hirió. Simplemente significa que entiendes las circunstancias de esa persona para que actuara como lo ha hecho, y así, podrás dejar de lado aquellos pensamientos negativos que te han causado dolor o ira, dejarlos en el pasado.

Algo crucial a tener en cuenta es que la persona más importante a la que tienes que comprender es a ti mismo/a, por todas las reacciones que tuviste ante las cosas que no sucedieron de la manera que pensabas. Párate a reflexionar y comprende la motivación de tus acciones, que tendrá que ver seguramente con aprendizajes anteriores. Si te has equivocado, asume tu responsabilidad, aprende de tus errores y libérate del sufrimiento. No solucionarás nada machacándote con la culpa y el remordimiento. A muchas personas les resulta fácil entender a los demás, pero les cuesta aceptar y comprender qué ellos se pueden equivocar.

Recuerda que a través del aprendizaje de nuestros propios errores podremos entender los errores de los demás, y podremos poner en marcha los múltiples recursos que tenemos para afrontar cualquier situación nueva e inesperada