¡Tengo recursos!

Puede que muchos de nosotros recordemos cómo nuestros padres nos impulsaban a estudiar y sacar buenas notas, para que pudiéramos demostrar lo inteligentes que éramos. Con esto nos querían enseñar que el colegio, la cultura, los estudios universitarios, eran el medio para conseguir prosperidad y realización en la vida. Hemos llegado a creer que una persona es inteligente si tiene títulos académicos, carreras universitarias, doctorado en matemáticas, física, etc. Sin embargo, hay muchas personas con muchos títulos y mucho conocimiento en idiomas, y no han alcanzado prosperidad ni se sienten realizados como personas.

Esto nos puede ayudar a pensar que la inteligencia no se debe medir por la capacidad de resolver ecuaciones matemáticas sino por la capacidad de tener una vida feliz, viviendo en el presente, y seguir así cada día.

Si eres feliz, si vives en el aquí y ahora, aprovechando al máximo tus recursos y habilidades, entonces eres una persona inteligente. Por supuesto que la capacidad de resolver problemas es una ayuda muy buena para la búsqueda de tu felicidad, pero, a pesar de no tener habilidad para resolver cierto tipo de problemas o situaciones, es tu forma de afrontar dichos problemas lo que te hará ver las cosas de otra manera, y entonces se podrá decir que eres inteligente.

Las personas inteligentes saben cómo “enfrentarse” a los problemas que surjan en sus vidas. No estamos midiendo la inteligencia por la capacidad de “resolver” los problemas sino por la capacidad que tienen de seguir siendo felices y sintiéndose personas valiosas, consigan o no consigan resolver el problema.

Ante una misma situación o problema, hay personas que se desploman, se deprimen y se bloquean, y así no pueden pensar y reflexionar, con lo que no consiguen solucionar nada, además de sentirse muy tristes y poco valiosos. Sin embargo, hay otros que, ante esa misma situación, reconocen que los problemas son algo que forma parte del vivir a diario y los enfrentan con más serenidad, lo que les ayuda a conectar con sus recursos y habilidades, y pueden encontrar muchas posibilidades de actuación ante lo que tienen delante.

Recuerda que la felicidad y la inteligencia no se miden por la ausencia de problemas, sino por tu actitud hacia ellos.