La Sabiduría de la Edad

La Sabiduría de la Edad

Cuando tenemos pérdidas que asimilar, entramos en un proceso que se llama “Duelo”. Dicho proceso nos ayuda a elaborar esa pérdida, aceptarla y seguir adelante con nuestra vida, sin aquello que hemos perdido, o sin la persona que ya no está. Es decir, los duelos no tienen por qué estar relacionados con la muerte de una persona. El Duelo puede aparecer ante cambio o pérdida de estatus, de un coche, de un trabajo, de una casa, de una amistad, de una pareja,… Y también tiene que ver con uno/a mismo/a, por cambios en nuestro cuerpo o en nuestra mente, es decir, pérdida de salud, y/o pérdida de juventud.

Aunque parece que son los menos conocidos, los duelos por la pérdida de juventud cada vez son más comunes, ya que, gracias a la ciencia, el ser humano ha pasado de vivir hasta los 50 ó 60 años, para plantarse perfectamente en los 80 o incluso los 90 años de vida. Ahora, el “síndrome de los 40” no significa que “me queda poco tiempo de vida”, sino que “estoy en la mitad de mi vida” y todavía tengo muchos años para aprovechar y disfrutar. El problema viene cuando la mente no acompaña al cuerpo.

Cada año que pasa, el ser humano experimenta cambios en su mente y en su cuerpo. Y aunque mentalmente podemos sentirnos jóvenes, nuestro cuerpo sigue ganando años. Puede que un día te mires al espejo y veas a “un señor mayor” reflejado, preguntándote de dónde ha salido, si tú aún te sientes joven. Pero no es solo el reflejo del espejo, también puede que notes que ya no tienes el color ni la cantidad de pelo de tu juventud, ni la fuerza muscular que tenías antes, ni la elasticidad corporal que te ayudaba a moverte sin problema. Y todos estos cambios son un proceso natural que nos llega a todos los seres humanos.

Si no quieres tener un duelo difícil acerca de la pérdida de tu juventud, es conveniente que empieces por aceptar que es un proceso irremediable, y después, tienes que hacerte cargo de cómo quieres vivir tu vida, si quejándote de lo rápido que pasa el tiempo, o aprovechando ese tiempo activamente en cosas que te gustan y con las que disfrutas. Esta segunda opción, te ayudará a elaborar mucho mejor ese duelo por dejar atrás tu juventud y te permitirá vivir más intensamente y feliz.

Y, por último, recuerda que al cumplir años no eres más viejo, eres más sabio y tienes más experiencia para compartir.