¿Buena o Mala Suerte?

 

Carla y Sandra están cenando juntas en el piso de ésta última. Están celebrando que Sandra se ha independizado. Carla observa con entusiasmo el piso que ha alquilado Sandra y le dice: “¡Es fantástico Sandra! ¡Has tenido mucha suerte! Aunque tú siempre tienes muy buena suerte, todo te sale bien. No como yo, que tengo muy mala suerte y nunca consigo nada”.

Sandra sonrió a su amiga y le dijo: “No digas eso Carla. Tú no tienes mala suerte, simplemente no usas tus recursos y capacidades para conseguir lo que quieres”. Carla, poniendo cara de no entender, le replicó: “No es así Sandra. Yo sigo viviendo en casa de mis padres porque no encuentro piso para alquilar y tú ya lo has encontrado. Además, las dos hemos hecho la misma carrera y tú tienes un trabajo mejor que el mío. A ti siempre te van las cosas mejor que a mí. Dime si no es que tú tienes mucha suerte y yo no”. Sandra entonces le preguntó: “Carla, ¿qué estás haciendo para buscar piso de alquiler?” Carla le respondió: “He preguntado en dos inmobiliarias y les he pedido que me avisen cuando tengan alguno para visitar. Me han llamado dos veces. Uno no me gustó y el otro no me venía bien visitarlo ese día, y al día siguiente ya estaba cogido. ¿Ves cómo tengo mala suerte?”

Sandra, mirando a los ojos de su amiga, le dijo: “Carla, si esperas que la solución te venga de fuera, sin esforzarte tú, no vas a conseguir nada” Y antes de que Carla replicara, Sandra prosiguió: “Mira, el mundo está lleno de oportunidades, pero tienes que estar abierta a verlas y preparada para cogerlas. Te pongo mi ejemplo: Para conseguir este piso, yo he visitado muchas inmobiliarias, me he visto todas las webs de alquiler, he llamado a muchos pisos y he visitado muchos otros. Al final, gracias a mi esfuerzo, he encontrado el piso ideal para mí. Yo a esto no lo llamo buena suerte, lo llamo premio a mi esfuerzo. Y lo mismo hice con el trabajo. Tú te conformaste con lo primero que te salió. Yo seguí buscando, hasta que encontré el trabajo que más me gustaba y más adecuado a mis expectativas.”

Carla bajó los ojos y dijo: “Puede que tengas razón. Es cierto que no me he movido mucho buscando piso y me he conformado con el primer trabajo que encontré, sin buscar más…” Entonces Sandra le dijo: “Carla, tu buena suerte depende mucho de ti, de lo que hagas, del esfuerzo, constancia y tiempo que pongas en ello, y de poner tus capacidades y tus recursos centrados en tu objetivo. ¡En el momento que pongas todo esto a funcionar, tendrás muy buena suerte!