¿Cómo te motivas?

Vanesa y Alicia charlaban mientras tomaban café en una cafetería. Vanesa comentó que ya quedaban pocos días para los exámenes finales y la selectividad, y Alicia la miró con cara de angustia. Vanesa le preguntó entonces qué le pasaba y Alicia contestó: “No sé si podré presentarme a la Selectividad. Intento estudiar, pero me distraigo mucho y no aprovecho el tiempo. Como estamos en primavera, solo tengo ganas de salir a tomar el sol, quedar con amigas, divertirme, y lo que menos pienso es en estudiar”.

Vanesa se quedó un poco pensativa, y luego dijo: “Parece que no estás muy motivada para estudiar…” A lo que Alicia comentó: “No estoy nada motivada. No sé cómo lo haces tú, la verdad. Te veo estudiando todo el tiempo, y me ha costado mucho que vinieras a tomar café conmigo esta tarde. ¿Cómo lo consigues?” Vanesa entonces le dijo: “Yo estoy supermotivada. Me lo estoy currando bien y espero sacar mucha nota, para poder acceder al grado que me ilusiona: Medicina”. Alicia añadió: “Yo también quiero entrar en Arquitectura, pero no sé cómo motivarme”.

Vanesa entonces dijo: “Mira Alicia. Hay una manera de motivarte, que es ilusionándote para acercarte a lo que quieres. Y también existe otra forma que la gente utiliza de forma equivocada o malentendida, que es alejándote de la meta”. Alicia preguntó: “¿Por qué alguien querría alejarse de la meta?” Vanesa contestó: “Pues por desánimo, miedo y angustia al pensar que no vas a conseguirlo. Eso te paraliza y dejas de hacer aquello que te cuesta, en este caso estudiar, que es lo que te acercaría a la meta”. Al ver que Alicia ponía cara de no entender, siguió hablando: “Te pongo un ejemplo: yo puedo motivarme pensando con todas mis ganas en la meta que quiero conseguir, es decir, pensando en que quiero estudiar Medicina; o puedo paralizarme pensando que no voy a aprobar selectividad o no voy a sacar nota para entrar en Medicina. Yo, por ejemplo, me motivo mucho pensando en lo que quiero conseguir. Cuando me siento decaer o me canso de estudiar, además de descansar, pienso en lo feliz que voy a ser estudiando Medicina y, cuando termine mis estudios, trabajando en un Hospital. Eso me ilusiona mucho y me entran ganas de seguir estudiando. Y con otras situaciones que requieren mi esfuerzo, me pasa lo mismo: pienso en la meta a conseguir y me veo habiéndola conseguido. Eso me carga las pilas, y me pongo a ello”.

Alicia dijo entonces: “Ahora lo entiendo Vanesa. Creo que a mí me pasa lo segundo que has comentado. Tengo miedo de suspender selectividad o suspender este curso y tener que repetir. Sería un año perdido y eso me angustia, quitándome las ganas de estudiar”. Vanesa continuó hablando: “Eso es Alicia. Ten en cuenta que alejarte de tu meta en realidad es una huida del miedo a no conseguirlo, huir de lo negativo, y, por tanto, no es efectivo. Si realmente te gusta Arquitectura, es que eres una persona muy creativa. Usa esa creatividad a tu favor: ilusiónate con lo que vas a aprender, piensa en las luces, los colores, las formas que vas a crear. Ten en cuenta que, donde no existe nada, tú vas a crear algo nuevo”.

Alicia dijo finalmente: “Tienes razón Vanesa. Claro que quiero entrar en Arquitectura, pero hasta ahora no he sabido usar esa ilusión para vencer la pereza de ponerme a estudiar. De ahora en adelante, cada vez que me ponga a estudiar tendré en cuenta que el huir de lo que no quiero no me acerca a mi meta, y sí lo hace el imaginarme con mi meta conseguida. Voy a pensar en todas las cosas que quiero crear. ¡Muchas gracias!”