¿Qué tienes en tu interior?

¿Qué tienes en tu interior?

Laura, desde su mesa de trabajo en la oficina, observaba a su compañera Rosa. Ésta no paraba de resoplar, y, si se acercaba alguien a hablar con ella, respondía borde y levantando la voz. Después de un rato observando esto, Laura se dirigió a la mesa de Rosa y le dijo: “Rosa, ven, te invito a un café”. Rosa la miró y dijo: “Déjame Laura, vete con otra a tomar café. Hoy no es un buen día.” Laura sonrió y le dijo: “Pues precisamente por eso te vendrá bien descansar un poco y hablar conmigo. ¡Vamos!” Rosa resopló, pero se levantó y fue con Laura a la cafetería del edificio.

Se sentaron en una mesita, cada una con un café, y Laura preguntó: “¿Qué te pasa hoy Rosa? Estás como estresada y enfadada con el mundo…” Rosa miró a Laura y le dijo: “Hoy tengo un mal día Laura. Tengo una avería en el coche que me va a costar un ojo de la cara. Además, he discutido con mi pareja y mi madre ha puesto el broche final llamándome y discutiendo conmigo también. Luego vengo a la oficina y les da a los demás por querer discutir conmigo. Hoy todo el mundo está contra mí.” Laura sonrió y le preguntó: “¿Y no será que eres tú la que está contra todo el mundo? Nunca te había visto hablar tan borde como lo has hecho antes a los compañeros. No sabía esa faceta de ti…” Rosa enseguida contestó: “Yo no suelo ser borde Laura. Es que hoy la gente de la oficina viene enfadada y lo están pagando conmigo. No sé porqué respondo así si yo no soy así…”

Laura se quedó callada un momento, como pensando, y luego le dio un empujón a la taza de café de Rosa, derramando parte del contenido. Inmediatamente Rosa protestó: “Pero ¿qué haces Laura? ¿Tú también estás contra mí hoy? ¡Me has derramado parte del café!” Laura entonces le dijo: “¿Por qué sabes que es café lo que se ha derramado?” Rosa, extrañada, le contestó: “Pues porque la taza estaba llena de café. Mi café.” Laura entonces le dijo: “Exacto. Se ha derramado café porque eso era lo que tenía tu taza. Si te hubieras pedido un Té, al golpear la taza, se habría derramado el Té.” Rosa, confusa, le dijo: “No sé a dónde quieres llegar Laura, no te entiendo”.

Laura entonces le dijo: “Verás Rosa: Cuando la vida te golpea, lo que tengas dentro de ti, se derramará. Puedes vivir creyendo que tu taza está llena de respeto, bondad…, cosas buenas, pero cuando algún suceso te golpee, vas a derramar lo que realmente tienes dentro. La avería de tu coche “te ha golpeado” y te has puesto borde con todo el que ha hablado contigo. No me extraña que hayas discutido con tu pareja y con tu madre.”   

Rosa se quedó pensativa y dijo: “Tienes razón Laura. La avería de mi coche es algo que no esperaba y me va a costar mucho dinero. Eso me ha enfadado mucho. Pero los demás no tienen la culpa de lo que me ha pasado. Yo no quiero ser borde. ¿Qué puedo hacer?” Laura entonces le contestó: “Puedes trabajar en tu forma de ser, en tu autocontrol, en tomar conciencia de cómo actúas y, evitar que las cosas que te ocurran te influyan en cómo tratas a los demás. Si te llenas de generosidad, bondad y cariño, eso es lo que derramarás fuera de ti, pase lo que pase.”  Rosa entonces, le dijo: “Tienes razón Laura. Trabajaré en mi interior para que me guste lo que se derrame si “algo me golpea”. Muchas gracias por tus palabras.”