Aprendiendo a elaborar pérdidas

Aprenciendo a elaborar pérdidas

Carlos, Luis y Laura estaban tomando café en una terraza. Carlos propuso quedar el sábado por la noche para ir a conocer un bar que inauguraban ese día. Laura dijo que le encantaría. Pero Luis dijo que no tenía ganas. Carlos, al ver a Luis cabizbajo, le preguntó: “¿Qué te pasa Luis?”. Luis contestó: “Disculpad. No os lo había comentado. Mi abuela falleció hace tres meses”. Laura dijo: “Lo siento mucho Luis. ¿Estabais muy unidos?” Luis contestó: “Ella me crio de pequeño porque mis padres trabajaban los dos. Desde que me independicé, la he visto menos, pero la quería mucho”.

Carlos pensó un momento y dijo: “Pues en estos tres meses yo te he visto bien”. Luis dijo: “Es que no me lo creía. Estaba genial. Incluso se iba a ir con el Imserso de viaje. Pero le dio un infarto y falleció. Ni siquiera he podido despedirme de ella…”. Carlos dijo: “Pues entonces, con más razón tienes que venir con nosotros. Lo pasaremos muy bien y se te olvidarán las penas”.

Laura dijo entonces: “Déjale tranquilo, Carlos. ¿No ves que está de duelo?” Carlos le preguntó: “¿Qué significa que “está de duelo”?” Laura contestó: “Verás, el duelo es la forma que los seres humanos tenemos de elaborar las pérdidas y despedirnos de ellas. Cuando perdemos a un ser querido, ya sea porque fallece o porque se separa de nosotros, es una pérdida. Pero también lo es el perder un trabajo, cambiar de casa, o incluso, perder la salud o la juventud. Para todo eso hay que hacer el duelo”. Luis entonces le preguntó: “¿Y cómo se hace el duelo? ¿Qué se supone que tengo que hacer?” Antes de que Laura respondiera, Carlos añadió: “Pues cuando falleció mi abuela, yo no hice nada. Seguí saliendo con mis amigos. Luis, te lo digo yo, que he pasado por eso. Vente este fin de semana, que te vendrá muy bien”.

Laura dijo: “No hay que hacer nada. El duelo, como dice la palabra, “duele”, y ese dolor aparece en mí cuando me doy cuenta de que he sufrido una pérdida importante, y termina cuando he superado esa pérdida, cuando la he aceptado y he aprendido a vivir sin ello. Tiene varias fases: primero está la fase de negación, que es la que has tenido hasta ahora, Luis. No te creías que había fallecido. Cuando ya te lo crees, las siguientes fases son: rabia, culpa, tristeza y por último aceptación, y entonces habrá terminado el duelo. Es un proceso natural del ser humano y no se puede escapar de él, ya que, si lo evitas, para no sufrir, tarde o temprano aparecerá de nuevo”. Carlos dijo: “Pues yo no he pasado nunca por nada de eso, y mi abuela falleció hace cinco años”. Laura dijo entonces: “Carlos, parece que tú, por la razón que sea, lo estás evitando. Pero Luis está haciendo el duelo y ahora necesita entrar en contacto con sus emociones y, si le apetece estar tranquilo en casa, estar triste o llorar, es normal. Si tú no lo hiciste en su momento, puede que estés atascado en la negación. Un duelo más o menos puede durar un año. Si dura más o no conectas con él, te recomiendo que busques ayuda de una Psicóloga, para que puedas conectar con ese dolor y puedas dejarlo atrás después del duelo”.

Carlos se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras que Laura había dicho. Luis dijo finalmente: “Gracias por tus palabras, Laura. Ahora entiendo mejor lo que me está pasando y el proceso por el que tengo que pasar hasta que el dolor desaparezca”.