Cuento de Navidad.

Érase una vez un país que tenía muchos habitantes, un Rey y sus Ministros, que se encargaban de que en el país reinara la Armonía. Este reino estaba lleno de sorpresas, de momentos alegres, de abundancia, de bienestar, y de esas riquezas indescriptibles que se sienten y no se ven.

– Su Primer Ministro se llamaba Don Respeto, y éste ponía los límites con cariño a todos sus habitantes.

– El Ministro/a de Economía, Don Abundancia, se ocupaba de que todos, gracias a su trabajo, tuvieran dinero para vivir con todo tipo de comodidades.

– El Ministro/a de Hacienda, Don Seguridad, se encargaba de que todos contaran con una casa cómoda y calentita.

– El Ministro/a de Educación, Don Sabiduría, cuidaba de que todos los niños aprendieran jugando, para que se convirtieran en adultos sabios y divertidos.

– El Ministro/a de Obras Públicas, Don Serenidad, trabajaba en construir carreteras y calles suaves, para que todos los que las iban pisando, según caminaban, se fueran relajando.

– El Ministro/a de Sanidad, Don Salud, tenía poco trabajo, pues todos los habitantes estaban sanos y fuertes, así que ponía a los médicos a investigar en I+D para mejorar aún más el bienestar de todos.

– El Ministro/a de Cultura, Don Creatividad, se ocupaba de que todos los ciudadanos tuvieran sueños y supieran cuentos para contar a sus hijos y nietos.

– El Ministro/a de Agricultura, Don Ecología, cuidaba que todos comieran sano y recomendaba a los habitantes que plantaran muchos árboles y los regalaran.

– El Ministro/a de Justicia, Don Responsabilidad, era el que menos trabajo tenía de todos, ya que los habitantes de este país eran honestos y responsables, y no necesitaban de sus servicios.

– El Ministro/a de Servicios Sociales, Don Amor, se ocupaba de ayudar y enseñar a los habitantes a entender, aceptar, comprender, amar, y, cuando eran adultos, se ocupaba de recomendar juegos sexuales.

– Por último, el Rey, que se llamaba Autoestima, era el encargado de dirigir el trabajo de todos los Ministros/as.

En estas Navidades, vamos a reconocer en nosotros a este país tan maravilloso, llamado Ser Humano, sano, fuerte y feliz…

¡FELIZ NAVIDAD!