Ser capaz de conseguir lo que quieras.

A veces, queremos hacer muchas cosas y nos damos cuenta que ha terminado el día y no hemos hecho ni la tercera parte de lo que queríamos hacer. Quizás se trata de objetivos en el trabajo, de estudiar para un examen, tareas a hacer en casa, o búsqueda de trabajo, por ejemplo. Empezamos a pensar que hemos perdido el tiempo, o que quizás necesitamos un día de 30 horas en vez de 24. ¿Qué nos ha pasado? Le damos vueltas, nos preocupamos, nos agobiamos y acabamos culpabilizándonos por no haber hecho todo. Y así un día tras otro.

La preocupación nos hace sentir mal y nos paraliza. En vez de “pre-ocuparnos”, podemos “ocuparnos” de lo que queremos hacer. ¿Pero cómo? Aquí tienes algunas ideas:

– Puedes empezar por averiguar cuál es tu meta, tu propósito. Piensa en lo que quieres hacer, no en lo que no quieres hacer. Piensa en lo que harás, en vez de fumar, enfadarte, quejarte, agobiarte…

– Examina tus objetivos. ¿Son demasiado amplios? ¿Demasiado grandes? ¿Demasiado inalcanzables? Es mejor empezar por objetivos fáciles y asequibles a corto plazo. El conseguirlos nos animará a seguir adelante con el resto.

– Crea un plan. ¿Qué harás? ¿Cuándo lo harás? ¿Cómo lo harás? Es importante que concretes. No es lo mismo decir “Quiero aprobar el examen” que decir “voy a estudiar de lunes a viernes desde las siete hasta las once y los sábados, todo el día”. Y responsabilízate de cumplir ese plan.

– Párate a pensar qué te está paralizando. Puede que si lo miras desde otra perspectiva, se vea mejor, más claro. Si te agobia el tener que atravesar un bosque muy grande, céntrate en el primer árbol, luego el segundo, luego el siguiente. Y así hasta que descubras que lo has atravesado casi sin darte cuenta.

– No te boicotees a ti mismo. No pongas excusas para no hacer nada o te conformes con decir “lo he intentado”. Tienes los recursos necesarios para conseguir lo que te propongas. Si quieres hacerlo, hazlo, no lo intentes.

Y si en alguna etapa del camino fracasas, no lo tomes como algo definitivo. Busca que puedes aprender de la situación, examina tu plan por si puedes mejorar algo y vuelve a “ocuparte” para conseguir tus objetivos, tu meta