¿Tienes mote?

¿Te acuerdas de tus compañeros/as de clase del colegio o del instituto? ¿Cuántos nombres recuerdas? Seguro que varios. ¿Cuántos apellidos? Quizá los de algunos, los más cercanos. ¿Y cuántos motes recuerdas? Puede que muchos más que nombres o apellidos. ¿Por qué? Podéis decir que porque se hablaba de ellos mencionando los motes en vez de los nombres. Incluso os habéis dirigido a alguno o alguna directamente por el mote. Era más fácil acordarse de “empollón”, “simpático”, o “rebelde” que de Antonio, Juan o Luisa.

¿Qué estábamos haciendo con esto? Les poníamos una etiqueta que llevaba consigo mucho más que un nombre. Llevaba un cúmulo de características y adjetivos. Por ejemplo, el mote “empollón” podía ir acompañado de: inteligente, callado, aburrido, soso, quizás feo, etcétera. O el mote “rebelde” podía ir acompañado de: difícil, creativo, valiente, arriesgado, extrovertido, divertido, etcétera. Y lo más curioso es que, cuando alguien le ponía un mote a un compañero o compañera, no nos parábamos a averiguar si era verdad o no, lo creíamos y lo usábamos sin más. Nos reíamos de él o ella si era un mote despectivo o le admirábamos si el mote llevaba consigo cualidades que nos gustaría tener. Es decir, dábamos por hecho que un chico o chica empollona, iba acompañado de esas otras características, como el ser callado, por ejemplo, de manera que les invalidábamos para lo que no tuviera que ver con ese perfil que teníamos ya aprendido. No necesitábamos saber más de ellos o ellas, porque ya teníamos la información suficiente para saber cómo eran.

¿Pero qué pasaba cuando era a nosotros a quien nos ponían un mote? Entonces nos dábamos cuenta que, si se nos daba bien estudiar, no podíamos tener muchos amigos porque éramos callados y aburridos. Y puede que nadie se parara a averiguar cómo realmente éramos o nos comportábamos, con lo que teníamos que trabajar mucho más para conseguir alguna amistad y para que se dieran cuenta que teníamos otras muchas cualidades.

Muchos niños y niñas siguen repitiendo este comportamiento. Es necesario que los profesores y maestros tengan cuidado y eviten que se siga haciendo. Todos podemos tener un poco de todo y es estupendo el conocer a los demás sin tener un prejuicio o idea prefijada que te impida ver lo maravilloso que puede ser el ser humano.