No, es No

No, es no

Era sábado por la tarde y Carla estaba arreglándose para salir, cuando su abuela se asomó por la puerta abierta de su habitación. Al verla correr de un lado para otro, le preguntó: “¿Por qué corres tanto, Carla?” Carla, sin parar mucho, dijo: “¡Ah! Hola abuela. Me estoy arreglando porque viene Paco a recogerme en 15 minutos y no me da tiempo”. Su abuela le preguntó entonces: “¿Y por qué has esperado tanto para empezar a arreglarte si sabías que te venía a recoger? Si hubieras empezado antes, no estarías tan estresada…” Carla respondió: “Es que no lo sabía. En realidad, hoy no habíamos quedado. Le dije que necesitaba estudiar para los exámenes de la semana que viene y que ya nos veríamos el fin de semana de la semana que viene, cuando los hubiera terminado, pero me acaba de llamar diciendo que viene a por mí para salir”.

Su abuela se quedó pensativa un momento. Se sentó en la cama de Carla y le hizo un gesto para que se sentara junto a ella en la cama también. Carla le dijo: “Abuela, no tengo tiempo para hablar ahora”. Su abuela le dijo: “Siéntate un momento conmigo, que solo serán cinco minutos”. Carla se sentó, refunfuñando, y le preguntó: “¿Qué quieres abuela?” Su abuela la miró a los ojos y le preguntó: “Si le dijiste que no os veríais, ¿por qué viene a por ti para salir?” Carla sonrió y dijo: “Es que me quiere mucho y no puede estar sin verme ningún fin de semana”. Entonces, su abuela le dijo: “Yo no estoy tan segura de que te quiera tanto…”. Carla iba a protestar, pero su abuela le dijo: “Espera, déjame seguir. ¿Tú le quieres?” Carla asintió con la cabeza y su abuela le preguntó: “¿Le respetas?” Carla se quedó confundida y dijo: “Claro, abuela”. Su abuela siguió preguntando: “¿Y él te respeta a ti?” Carla se puso seria y contestó: “Claro que me respeta: no me ha pegado, no me grita, no quiere controlarme el móvil ni cómo me visto. Ya nos hablaron de eso en el Instituto”. Su abuela le cogió la mano y le dijo: “Hay faltas de respeto que son más sutiles que todo eso que me has dicho”. Carla puso cara de no entender y su abuela siguió hablando: “Como has dicho antes, tú le has dicho a Paco que no os veríais este fin de semana porque querías estudiar para tus exámenes de la semana que viene. Si él tanto te quiere, debería de respetar tus deseos. Tú no querías quedar este fin de semana y él ni siquiera te ha preguntado si estabas segura o si querías cambiar de opinión. Directamente te ha llamado diciéndote que viene a por ti para salir. Tú le has dicho que no salíais y él no ha respetado tu no, además de no respetar que tú quieres estudiar para asegurar los exámenes que tienes la semana que viene. Ten en cuenta que ahora es el salir o no un fin de semana, pero más adelante, serán cosas mucho más importantes, y si no respeta que tú le digas que no ahora, puede que no respete tus no del futuro”.

Carla se quedó pensativa y le dijo finalmente a su abuela: “Tienes razón, abuela. Yo pensaba que era un gesto de que me quiere y, en realidad, es un gesto de que no respeta mis decisiones. No me había dado cuenta de que eso también son faltas de respeto. Voy a llamarle ahora mismo y le diré que no salgo, que me quedo estudiando, que es lo que realmente quiero hacer, y que me respete y respete mis decisiones. ¡Muchas gracias por tus sabias palabras!”