Empezamos la desescalada

Empezamos la desescalada

Siguen pasando los días y ya hemos empezado la desescalada. Durante todos estos días de confinamiento, hemos convivido en familia y hemos visto, tanto en nosotros como en los nuestros, el miedo y la ansiedad ante el coronavirus, la indefensión por no saber o no poder hacer nada, la rabia ante las acciones de los demás con las que no estamos de acuerdo, y la tristeza por las pérdidas que hemos tenido en estos días: pérdidas de trabajo, con la consiguiente situación económica difícil, y las pérdidas más importantes, las de seres queridos. Es decir, un escenario totalmente nuevo para la mayoría de nosotros/as.

Es verdad que todos/as hemos estado confinados, pero unas personas lo han vivido como traumático, con las consiguientes consecuencias psicológicas, y otras personas lo han vivido como una oportunidad de crecimiento personal, de entrar dentro de uno/a mismo/a y salir de todo esto con más fuerza interior. Éstas últimas son personas resilientes, es decir, personas que superan las circunstancias adversas y salen reforzadas de las mismas.  

Seguro que, durante este confinamiento que nos ha tocado vivir, ha habido personas que han descubierto cualidades o capacidades que no sabían que tenían, porque hasta ahora no las han necesitado, y no ha sido hasta que no han tenido que ayudar a los demás o apoyarles, que no han sido conscientes de las mismas. Por ejemplo, mayor facilidad de adaptación a nuevas situaciones, capacidad de autocontrol, una paciencia mayor de la que creían tener, empatía, altruismo, gratitud, solidaridad, etc…

Pero no dividamos a la humanidad entre fuertes y débiles. El ser humano es, por naturaleza, resiliente. Solo tiene que conectar con su fuerza interior. Y ahora vienen nuevos retos, “nueva situación”, y todos/as deberemos afrontarlos como mejor sepamos, para que, entre todos/as, consigamos que la normalidad venga de la mejor forma posible y lo antes posible.

Dentro de esta “nueva normalidad”, habrá quien se pregunte si nuestras costumbres dejarán de ser las mismas, si va a cambiar la forma de relacionarnos entre nosotros, o si directamente, cambiaremos los seres humanos. No se puede dar una respuesta acertada a todos estos interrogantes, ya que, para responder a todo esto, hay que tener en cuenta muchas variables: la personalidad de cada uno/a, las fortalezas y debilidades, su resiliencia, el contexto familiar, cultural, social donde se han movido. Pero sí podemos dar unas pautas para poder avanzar de la mejor forma posible.

Es importante:

  • Tener en cuenta las recomendaciones de las autoridades sanitarias, siendo responsables socialmente.
  • Entender y aceptar que la situación actual no es la misma situación que teníamos antes del confinamiento.
  • Ajustar las expectativas a la situación actual: Es normal establecer comparaciones con la forma de vida anterior, pero las circunstancias han cambiado.
  • Ser flexibles para adoptar nuevas formas de ver las cosas, actuar y relacionarnos.
  • Implantar nuevos hábitos adaptados a la nueva situación.
  • Fomentar nuestra creatividad, ser innovadores, pues esto nos puede facilitar este proceso de adaptación.
  • Plantearse la nueva situación como un reto, como algo motivador que nos va a permitir desplegar nuestras capacidades y fortalezas para alcanzar nuevos objetivos.
  • Focalizarnos en los aspectos positivos que puede ofrecernos esta nueva situación.
  • Mantener rutinas saludables con las que ya contábamos o que hemos adquirido en este tiempo de confinamiento (ejercicio en casa, mayor comunicación/relación con nuestra red social y familiar, cocinar, pasar más tiempo con nuestros seres queridos, etc.).
  • Adoptar un afrontamiento activo ante las consecuencias que se han podido derivar de esta pandemia en el marco social, laboral…
  • Ser pacientes con la vuelta a la “normalidad”; es un proceso que se llevará a cabo de forma gradual y progresiva.
  • Seguir informándonos a través de fuentes oficiales.

Tenemos que ser capaces de afrontar esta situación, que algunas personas ven como amenaza o como de incertidumbre, como una oportunidad de nuevos retos, nuevos aprendizajes y una mayor fortaleza interior, que nos servirá para todo lo que nos queda por vivir a lo largo de nuestra vida.

Este artículo está basado en las informaciones y recomendaciones publicadas por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, con relación a la situación actual de cuarentena y confinamiento por el coronavirus.