“¡Adelante!

Mayo es un mes de esplendor de primavera: sol, buen tiempo, días más largos… Y también es un mes de preparación de exámenes. Los niños preparan los exámenes finales de la E.S.O., los adolescentes preparan la selectividad y los universitarios preparan los exámenes finales de cada curso. Es el momento de ver los resultados de todo el curso, de conseguir el premio al esfuerzo invertido.

Tanto si tienes a alguien cercano en esa situación como si tú estás de exámenes, podrás darte cuenta de lo difícil que es dedicar un tiempo extra a estudiar cuando ya estás cansado/a después de todo el curso, y fuera hace un tiempo estupendo que invita a todo menos a encerrarse con libros o apuntes. Es importante poner la atención en que es un último esfuerzo para poder descansar en verano. Si te centras en lo cansado/a que estás del curso o en que podrías estar saliendo con amigos o distrayéndote con el ordenador o el móvil, puede que todo el esfuerzo que has llevado a cabo durante el curso no dé el fruto que deseas. Piensa que es un esfuerzo importante para conseguir, por un lado el bienestar (algunas veces por ti y las más por tus padres) de haber conseguido aprobar el curso, y por otro lado, poder llegar al verano libre de estudios, para poder disfrutarlo más intensamente. ¡Vale la pena!

Y si tu caso es el de alguien que está estudiando oposiciones, puede que necesites motivación extra para poder ponerte todos los días a estudiar, sobre todo si aún no sabes cuándo va a ser el examen. Quizás has empezado a estudiar con muchas ganas y mucha fuerza, pero llega un momento que te empiezas a cansar y a preguntarte si de verdad merecerá la pena tanto esfuerzo. Si has empezado a pensar eso, ten cuidado, ya que, si tú no crees que vas a conseguir tu objetivo, tu cerebro dice: “para qué voy a hacer un esfuerzo si no lo voy a conseguir”. Y es que si creo que tengo pocas posibilidades de conseguir algo, no voy a poner recursos para ello. Seguro que, cuando empezaste a estudiar las oposiciones, sí creías que podrías conseguirlo, si no, no habrías empezado. Ahora, en vez de agobiarte pensando en lo poco que te gustan los temas que tienes que estudiar, cierra los ojos e imagínate tomando posesión de tu plaza como funcionario/a. Observa a tu alrededor, visualiza tu puesto de trabajo, con todo lo que quieras poner en tu mesa, ponle colores vivos, luz agradable, ambiente alegre, y siente lo contento/a que estás de haber conseguido un trabajo para toda tu vida. Tu cerebro segregará endorfinas y te sentirás con muchas ganas de seguir estudiando para conseguirlo.

¡Adelante! ¡Puedes hacerlo!”